Nicaragua
Lucha en todos los frentes contra la ofensiva desestabilizadora
La estrategia militar de Estados Unidos contra Nicaragua provocó reacciones internacionales y contradicciones en Estados Unidos. Nicaragua llevará al gobierno Reagan ante la Corte Internacional de La Haya. Y la administración Reagan se ha negado a admitir la jurisdicción del Tribunal de la ONU.
Equipo Envío
Tres maniobras militares norteamericanas superpuestas en América central y el Caribe convierten a abril en un momento pico de la presencia estadounidense en la región. "Granadero Uno", "Ocean Venture 84" y "Guardianes del Golfo" ratifican la definición de Reagan de América Central como "...área vital para nuestro interés y seguridad" (discurso radial 1-4-84). Esta presencia militar - con no menos de 33,000 soldados circulando por los puntos más estratégicos del área- sostiene, como sólida base logística, el minado de los puertos nicaragüenses, los constantes vuelos espías, el apertrechamiento de los grupos anti-sandinistas y su ofensiva militar en curso.
Sin embargo, la consolidación de esa estrategia militar, provocó reacciones internacionales y contradicciones y fricciones internas en Estados Unidos. Ante el recurso jurídico de Nicaragua de sentar al gobierno norteamericano en el banquillo de los acusados en el Tribunal Internacional de La Haya, la Administración Reagan se negó a admitir la jurisdicción de ese Tribunal, actitud que condujo -por las reacciones internas extraordinariamente críticas a un aumento del desgaste del consenso bipartidista propiciado por la Comisión Kissinger con respecto a América Central. Reagan lanzó entonces una nueva ofensiva contra Nicaragua que se situó en dos planos diplomáticos diferentes: intentando presionar y paralizar a Contadora a través de la posición en bloqueo de El Salvador, Honduras y Costa Rica-aliados de USA en la región -e intentando agudizar el deterioro de las relaciones entre Costa Rica y Nicaragua, con el objetivo de justificar una mayor presencia militar futura en ese país y cerrar así aún más, el cerco geopolítico contra Nicaragua.
Nicaragua intentó responder a esta embestida en la reunión del 30 de abril de Contadora, previa intensificación de relaciones con México hacia donde viajaron con horas de diferencia los Comandantes Núñez y Ruiz y el Canciller D'Escoto. Para tratar de distender el conflicto con Costa Rica, artificialmente agudizado, el 4 de mayo, autoridades nicaragüenses propusieron un diálogo urgente entre ambos países.
La amenazante presencia militar norteamericana en la región y su ofensiva diplomática acompañaron el accionar de los grupos anti-sandinistas que durante este mes continuaron la ofensiva iniciada en marzo, con consecuencias cada vez más graves -en lo humano y lo económico- para el país. Los partidos políticos por su parte mantuvieron sus condicionamientos para participar en el proceso electoral. En este marco, la Carta Pastoral de la Conferencia Episcopal Nicaragüense agudizó una intensa polémica ideológica que afecta, objetivamente, la Unidad Nacional.
El FSLN y el Gobierno, ante esta estrategia global que trata de poner a Nicaragua "manos arriba" -como afirmó el Cte. Núñez- endureció su lenguaje contra el "frente interno" -divisionismo, oscurantismo, especulación económica etc. anunciando lo que puede ser la aplicación de una economía de guerra y adelantando un combate total contra la ofensiva desestabilizadora en un período que será uno de los más dramáticos para el proceso nicaragüense.
Las tres maniobras regionales: costos de una línea militar estratégicaBuena parte del territorio centroamericano y caribeño se encuentran "ocupado por maniobras militares norteamericanas. A la continuación de las "Granaderos I" que se realizan en dos regiones importantes de Honduras y que el 23-5 entrarán en su segunda fase -la más peligrosa ya que incluirá ejercicios a 8kms. de la frontera con Nicaragua-, se le suma el inicio, el 2-4 de las "Ocean Venture 84". Estas se realizan en el Mar Caribe -al oeste de Cuba-, teniendo como principal escenario la pequeña isla de Vieques. Más de 30,000 efectivos de todas las ramas de los servicios militares norteamericanos participan junto a numerosos navíos de combate y 250 aviones. Poco influyó la reacción de los pescadores de la isla y las movilizaciones independentistas que en Puerto Rico -Estado al cual pertenece la isla- se opusieron a la realización de las maniobras.
El inicio inesperado, el 26-4, de las maniobras "Guardianes del golfo" en el Golfo de Fonseca -aguas comunes a El Salvador, Honduras y Nicaragua, en el Pacífico- aumentó la preocupación nicaragüense. Además de los destructores norteamericanos US-Deyo y US-Reid, participan tropas hondureñas asentadas en la Isla del Tigre y la base de Amapala, así como soldados salvadoreños del puerto de La Unión. Desde hace varios meses, el Gobierno norteamericano afirma que el Golfo de Fonseca es una de las vías a través de las cuales Nicaragua envía ayuda militar a la guerrilla salvadoreña. Sin embargo, y a pesar de la instalación de un potente radar en la Isla del Tigre y de la vigilancia permanente de navíos norteamericanos, nunca se ha podido probar esta acusación. Estas maniobras, son presentadas públicamente, como un ensayo para detectar ese supuesto suministro.
"Guardianes del Golfo" tiene una significación especial, no tanto por la cantidad de efectivos movilizados -relativamente pocos- si no por realizarse en una de las zonas más tensas de la región, con ciertos elementos agravantes: a) está fuera de todo calendario; b) se realiza sorpresivamente, sin ninguna información pública previa; c) se la montó con gran rapidez; d) existe muy poco margen de diferenciación entre maniobra de entrenamiento y operación militar en el caso hipotético de que surgiera algún hecho imprevisible en la región. "Las maniobras están dirigidas a mandar un mensaje a la vecina Nicaragua y a los insurgentes salvadoreños", afirmaba el 10-4 el embajador norteamericano en Honduras al referirse a "Granadero I". El mensaje de fuerza que se comunica con estas tres maniobras más los pertrechos y bases que quedan en la región comunica con estas tres maniobras más los pertrechos y bases que quedan en la región -como "residuo" de estas prácticas-, los vuelos espías (especialmente los U-2) nunca desmentidos, así como el apoyo logístico a los grupos anti-sandinistas -ejemplo del cual es el avión Douglas DC-3 que se precipitó en Costa Rica el 23-3 cuando llevaba pertrechos a ARDE- son algunas de las consecuencias de esta línea de control y semiocupación militar que impulsa la Administración norteamericana.
El minado de los puertos nicaragüenses con reconocida responsabilidad de la CIA, que ocupó la atención mundial en marzo -continuando actualmente en menor medida- es otra manifestación de esa línea. El 2-5 el barco pesquero nicaragüense "Pedro Arauz" explotó frente al Puerto de Corinto al chocar contra una mina. ¿Mina nueva o una de las 600 regadas durante febrero-marzo? Interrogante difícil de responder si bien no pone en cuestionamiento la tendencia agresiva predominante, en aumento con el correr del tiempo.
La ofensiva diplomática nicaragüense del mes de marzo -cuyas dos primeras fases definidas el mes pasado eran el empuje a Contadora y la denuncia en el Consejo de Seguridad de la ONU- continuó, a comienzos de abril, con una tercera fase consistente en presentar una acusación formal contra el gobierno norteamericano en el Tribunal Internacional de La Haya. El hecho concreto de que un pequeño país latinoamericano cuestione por todos los medios la agresividad norteamericana, más la ola de protesta internacional -fundamentalmente retórica- desgastó temporalmente a nivel diplomático a la Administración Reagan quien debió pagar también un cierto costo político al interior de los Estados Unidos. Algunas encuestas -como lo del New York Times del 27-4-, -indicaron un aumento de la oposición interna a la política de Reagan hacia Centroamérica-.
El comunicado del 10-4 firmado por Shultz, Winberger, Casey y Mc-Farlane afirmando que ni se considera ni se prepara una invasión a Nicaragua ni a ningún país de Centroamérica ejemplifica una cierta posición de defensiva del ejecutivo norteamericano. Sin embargo, el final del comunicado expresa en forma extremista las opciones estratégicas que están en juego: o el "comunismo" o la actual política norteamericana en la región. La intensa campaña de los principales periódicos norteamericanos contra Reagan y las discusiones y disidencias del Congreso en relación a la política centroamericana están al origen del documento del ejecutivo. La "reconciliación" de fines de mes entre la CIA (Casey) y el Comité de Inteligencia del Senado -cuyo vicepresidente del demócrata Moynihan había renunciado para subrayar su protesta contra la desinformación de la CIA a su comité- se realizó sobre la base de un compromiso de la CIA de informar mejor y más detalladamente, sobre todo, en lo que respecta a las acciones encubiertas.
El mes de abril no fue favorable para el Presidente Reagan por lo que toca a su política centroamericana. Sin embargo el Presidente, no dejó de lanzar ofensivas a nivel interno e internacional para ratificar su posición fuerte con respecto al área. A mediados del mes, dos voceros importantes de la Administración, Kirkpatrick y Kissinger salieron al encuentro de las críticas justificando el minado de los puertos. La primera afirmó: "es una acción legal porque Nicaragua realiza una acción armada contra sus vecinos" agregando que no se puede cambiar de política justo cuando "el minado empieza a perturbar la economía nicaragüense". Kissinger por su parte, criticó a los que no tienen en cuenta que Nicaragua se puede convertir en una "nueva Cuba". En este marco de "atacar para defenderse" se puede explicar en parte el rechazo del beneplácito a Nora Astorga para que ocupe el cargo de embajadora nicaragüense en Washington, si bien la principal explicación pública fue la participación de ella en una operación que costó la vida de un colaborador nicaragüense de la CIA durante la guerra de liberación. En ese mismo contexto de "ofensiva" se entenderían las duras críticas a Francia por haber ofrecido su cooperación para desminar los puertos nicaragüenses, si bien la publicidad prematura de la carta del canciller Cheysson a Colombia habría disminuido su eficacia diplomática.
Ni el publicitado viaje de Reagan a China, -que ocupó gran parte de la atención informativa interna- ni los intentos de tapar el tema "Centroamérica" evitaron que éste estuviera presente durante todo el mes de Estados Unidos. Esta realidad llevó a la Administración a un cambio de posición; no ya de evitar el debate si no de plantearlo -desde una perspectiva que condicionará a sus críticos y opositores-, en la línea del The Wall Street Journal del 10-4: "¿Podrían los Estados Unidos quedarse tranquilos mientras América Central se vuelca hacia el comunismo totalitario?"
Ante la posibilidad de ser cuestionada en su gestión militar en Centroamérica por la ley de poderes de guerra -como sucedió en el Líbano-, la Administración presentó para estudio un proyecto de ley contra el terrorismo que autorizaría a realizar acciones "preventivas" contra posibles actividades terroristas, golpeando los puntos donde éstas se originaran. De aprobarse, esta ley, permitirá operar en momentos y lugares ilimitados, aunque no se cuente con fundamentos demasiados convincentes.
La línea guerrerista como basamento principal de la política hacia Centroamérica aumentó en abril llegándose a un punto culminante en la presencia militar en la región. La concepción de considerar a todos los países centroamericanos -hasta Panamá inclusive- como parte del "territorio nacional" justifica el despliegue militar, el apoyo a gobiernos y grupos amigos y el minado de los puertos nicaragüenses. Todo esto como parte de una política e defensa de la "seguridad nacional". La concepción nicaragüense de "soberanía nacional y auto-determinación de los pueblos" choca abiertamente con la anterior. Esta confrontación está a la base de los cuestionamientos de Nicaragua que llega a un a La Haya. La solidaridad internacional contra el minado y esa ofensiva diplomática nicaragüense aumenta contradicciones a distintos niveles: Congreso-CIA, Reagan-Medios de Comunicación-. Reagan-Aliados (expresado por ejemplo en la crítica declaración de la Sra. Thatcher en el Parlamento). Estas diferencias con los aliados europeos sin embargo no llegan a transformarse en acciones eficaces para Nicaragua a partir de la gran cantidad de acuerdos bilaterales e intereses coincidentes entre USA y muchos de estos países.
Esas contradicciones mencionadas, sin embargo, no le impiden a la Administración recuperar su iniciativa -aun desde la defensa- y lanzar nuevas contraofensivas, estructurando una política centroamericana contra Nicaragua a través de sus aliados regionales.
Contraofensiva diplomática de Estados Unidos en la región El bloque "anti-Nicaragua" en Contadora. El empuje especial de Nicaragua a Contadora del mes de marzo fue uno de los elementos que garantizó la "amenazada" reunión del 30-4, donde, según calendario original, debería firmarse el tratado de paz regional. Aun evaluándose como poco probable la firma del tratado, esa reunión se veía como muy importante en el avance del diálogo pacificador. El 8-4, reunidos de emergencia en Panamá los 4 cancilleres de Contadora -a impulso de Nicaragua que solicitó acciones extraordinarias del grupo ante la complejización de la situación regional- constataron un avance "del deterioro el panorama regional". Condenaron el minado de los puertos nicaragüenses y pidieron a los países con vínculos e intereses en la región que "demuestren con hechos concretos el apoyo expresado al Grupo de Contadora". Solicitaron, a los países de la región, intensificar la última fase de las comisiones de trabajo tendientes a presentar propuestas, estudios y recomendaciones el 30-4. Sin embargo, no se materializó la propuesta de elevar el nivel de Contadora con una reunión de mandatarios, tal como lo propusiera entre otros, el actual presidente venezolano Lusinchi durante la visita del presidente mexicano de la Madrid a Venezuela en abril de este año.
Noticias de diferentes agencias informativas anunciaron, día después, que en la reunión del canciller mexicano con el secretario de Estado norteamericano George Shultz en USA, éste habría propuesto aplazar la reunión del 30. Actitud "comprensible" si se tiene en cuenta la desfavorable relación internacional que le había creado el minado de los puertos a la Administración Reagan. Sin embargo, la propuesta de aplazamiento no prosperó y fue el canciller de Guatemala el 23-4 quien confirmó la reunión del 30.
Un nuevo intento ante el fracaso de la postergación -para paralizar la gestión de Contadora- lo constituyó la presentación pública de un documento firmado en bloque el 25 de abril por los cancilleres de El Salvador, Honduras y Costa Rica -aliados de Estados Unidos en Centroamérica-. El canciller D'Escoto, día después, definió este documento como "un paso desesperado de Estados Unidos", agregando que "Nicaragua fue el único país que en forma anticipada presentó propuestas concretas,pero ahora *aparecen sorpresivamente* esos tres regímenes en bloque con propuesta elaborada al margen de las deliberaciones en curso".
El documento del bloque presenta tres apartados: materia política, materia de seguridad y materia económica-social. En varias ocasiones se expresa la necesidad de que Nicaragua busque la "reconciliación nacional" señalándose que "Nicaragua demuestre su compromiso con la democracia representativa, pluralista y participativa, reconociendo los derechos de todos los grupos de oposición, armados o no, a participar en un proceso electoral libre y honesto...". Insta también a Nicaragua a "crear condiciones propicias para la participación de los ciudadanos en la vida política, económica y social" a dar "una amnistía que conlleve el olvido a los delitos políticos"; a permitir "la plena libertad de prensa sin censura previa"; a "prohibir... el régimen de partido único y la vinculación Estado-Partido o Partido-Fuerzas Armadas o parapoliciales"; a "establecer órganos electorales independientes"; a garantizar los derechos individuales etc. Otra serie de "recomendaciones" se mencionan también en el plano militar y en el económico-social.
Habría, en el análisis de esta posición de bloque, elementos formales y otros argumentos más de fondo. A nivel formal, lo más sorprendente es que se presenta este documento, paralelamente, a los esfuerzos conjuntos de las cinco naciones centroamericanas. Es, en la práctica, desconocer los meses de trabajo y de avances comunes, presentando, desde una posición, de fuerza, una toma de posición rígida y no discutible. A nivel de argumentos políticos, es evidente que el documento, no tiene para nada en cuenta los esfuerzos ya realizados por Nicaragua en función de las elecciones, de la estructuración de órganos electorales independientes y serios, de la pacificación nacional -indulto de miskitos, ley de perdón para contrarrevolucionarios que depongan las armas- etc. Por otra parte, muchas e las exigencias a Nicaragua son similares a los puntos del documento de diciembre de 1983 de la Coordinadora Democrática y los aspectos de "reconciliación" son coincidentes con la Carta Pastoral de la Conferencia Episcopal de 3 días antes (el 22 de abril). Ninguno de los dos documentos, como tampoco la declaración del bloque tienen en cuenta no la situación de agresión que padece Nicaragua, y el origen de la misma. Quedaría por preguntarse ¿qué autoridad moral y política tienen regímenes como el hondureño o el salvadoreño para "condicionar" la vida interna de Nicaragua retomando para ello los planteos de los sectores opositores de este país? La parálisis de Contadora -que pretendía ese documento al desandar parte de un proceso ya recorrido por todos los países- evidenciaría ante el mundo la "incapacidad diplomática" para resolver la crisis regional. Linealmente interpretado, lo único que quedaría -agotada la vía diplomática- sería la vía militar; dándole razón a la concepción norteamericana.
Inmediatamente después de ese documento, altos dirigentes nicaragüenses viajaron a México. Aunque no se expresó públicamente el objetivo del viaje del Cte. Carlos Núñez, primero, y del Cte. Henry Ruiz y el canciller D'Escoto días después, es de suponer que Nicaragua, ante la "zancadilla" tendida contra Contadora haya intentado fortalecer el funcionamiento del grupo y garantizar la reunión del 30-4 discutiendo estas posiciones con el mejor interlocutor que tiene en el análisis de la problemática regional. Fue significativo, en este viaje, los contactos ampliados del Cte. Núñez, no sólo con el Presidente De la Madrid, también con Congreso de México -de donde nació la solidaria "Declaración de Nicaragua"- y con los dirigentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Estos tres niveles de contacto, aparentemente, tendieron a consolidar la base de sustentación del apoyo político mexicano a Nicaragua. La crítica del 29-4 del canciller mexicano Supúlveda al documento del bloque indicaría un nivel de coincidencia bastante importante con la visión de Nicaragua acerca del proceso negociador.
Finalmente, la reunión del 30-4 se realizó, prevaleciendo el consenso en buena parte de los puntos debatidos -según algunas fuentes en el 75%-, quedando abiertos y para profundizar otros aspectos como el armamentismo, el control de armas en cada país, los inventarios militares, etc. sobre los cuales no hubo acuerdo de las partes. Se estableció también que el 28 de mayo los cancilleres de Contadora visitarán los países centroamericanos para proponer un borador de tratado de paz regional. En el intermedio, mantendrán pláticas con los gobernantes de Estados Unidos y Cuba, en forma separada.
El acelerado aumento de las tensiones entre Costa Rica y NicaraguaEl deterioro de las relaciones entre ambos países alcanzó niveles imprevisibles a comienzos de mayo cuando funcionarios costarricenses mencionaron, incluso, la posibilidad del rompimiento de relaciones diplomáticas. Si se considera que las relaciones entre ambos países hasta hace poco tiempo fueron normales funcionando incluso una comisión mixta, resulta difícil de comprender que el origen de esta tensión esté en problemas entre Estados. Todo indicaría -y la cronología adjunta lo sostiene- que el aceleramiento en el deterioro, es, en gran medida, artificial, es decir, que viene de afuera de la relación diplomática y responde a objetivos que van más allá de los intereses de los dos pueblos. El clima tenso, aunque todavía reversible, aparece como parte de ese plan más global de desestabilización regional que pretende aislar a Nicaragua. Favorecen ese plan sectores importantes que en la misma Costa Rica quisieran ver revertido el compromiso de neutralidad perpetua anunciado hace algunos meses por el presidente Monge. Posiblemente estimulan el conflicto una serie de hechos sucedidos durante el mes y que dejan al desnudo la responsabilidad de algunos funcionarios costarricenses en la guerra de ARDE contra Nicaragua (la caída del avión, el ataque a S. Juan del Norte, las denuncias de soborno en medios importantes de los Estados Unidos, etc). La tensión diplomática en aumento le permitiría al sector pro-bélico de el vecino país esconder su responsabilidad en la agresión anti-sandinista, o al menos, le daría más justificación. En todo caso sería difícil explicar esta tensión entre países sin preguntarnos ¿a quién beneficia este deterioro de relaciones? Nicaragua, en lucha permanente contra el aislamiento internacional al que la quieren condenar, siente este "nuevo conflicto" como una nueva agresión.
La tensión justificaría una militarización acelerada de Costa Rica e implicaría, objetivamente, un cerco de estrangulamiento mucho mayor contra Nicaragua. La "tradición democrática y pacifista" de Costa Rica permitiría manipular el conflicto poniendo a Costa Rica en posición de agredida con la correspondiente campaña internacional contra Nicaragua.
Cronología de una tensión en aumento4/4 Daniel Ortega escribe al Presidente Monge afirmando que desde sept. 1983 fuerzas mercenarias actúan desde Costa Rica -a espaldas del gobierno- para agredir a Nicaragua. Enumera 11 acciones militares de importancia que se lanzaron utilizando suelo costarricense y afirma que estos hechos intentan poner en entredicho la neutralidad costarricense, propone recomenzar el diálogo en el marco de la comisión mixta.
9 abril: Se conoce caída de avión "contra" en C. Rica a 20 kms de la frontera con Nicaragua. Mueren 4 norteamericanos y 3 nicaragüenses. El avión transportaba pertrechos para ARDE.
11 aril: El Gobierno Nicaragüense envía dos notas al costarricense denunciando la concentración de fuerzas mercenarias en la zona fronteriza, anunciando el inicio de acciones contra San Juan del Norte.
14 abril: Llega al puerto costarricense del Limón la fragata norteamericana "NA-USS MC.Inerney". Coincide su presencia con la ocupación de ARDE de San Juan del Norte -muy próximo a Limón-.
17 abril: Nueva nota nicaragüense a Costa Rica exhortando a que el Gobierno norteamericano y la CIA no sigan comprometiendo el territorio y la neutralidad de Costa Rica.
23 abril: El gobierno costarricense acusa a Nicaragua de penetración sandinista en "La Pimienta". Canciller D'Escoto refuta tal acusación.
N. York Times publica reportaje sobre soborno de ARDE a funcionarios costarricenses. Al día siguiente, la cadena de TV "ABC" retoma este eje y afirma que el número de agentes de la CIA se triplicó en C. Rica en los últimos días.
25 abril: El Comandante Hugo Torres critica a funcionarios costarricenses su falta de disposición para agilizar retorno de combatientes nicas secuestrados en San Juan del Norte y retenidos en Costa Rica.
26 abril: El Vicecanciller nicaragüense José Talavera denuncia a funcionarios de Costa Rica por su relación con la CIA y por su acción anti-Nicaragua. Señala especialmente al Viceministro de Gobernación Enrique Chacón.
27 abril: El documento final del Encuentro Internacional Sindical por la paz, reunido en Managua, condena presencia de bandas "contras" en C. Rica Solicita el no ingreso de ingenieros militares norteamericanos, cuyo arribo está previsto para noviembre próximo.
28 abril: Ministro de Seguridad Pública, Angel Solano, denuncia a sectores que en C. Rica tratan de crear un clima pre-bélico muy peligroso.
30 abril: Cancillería nicaragüense denuncia concentración de mercenarios en frontera común, del lado de C. Rica. Denuncia ataques de estos contra "El Castillo" y "Cárdenas".
1 mayo: En el acto del 1ero. de mayo el Comandante Wheelock señala que hay ocupados -refiriéndose a la presencia norteamericana en la región- "cuatro países: Panamá, Costa Rica, Honduras y El Salvador".
3 mayo: Problema en frontera común de Peñas Blancas. Costa Rica habla de ataque nicaragüense. Nicaragua afirma que es un "auto-ataque" tico para justificar empeoramiento de las relaciones bilaterales.
4 mayo: Canciller D'Escoto, con respecto a auto-ataque, menciona el proceso de "hondureñización" de Costa Rica. "No estamos diciendo que eso sucederá, ni que ese es el anhelo del Presidente Monge, si no que es lo que la Administración norteamericana quiere". Propone conversaciones urgentes.
5 mayo: Cables noticiosos afirman la llegada, a fines de abril, de parte de la ayuda militar norteamericana prometida a C. Rica. Llegaron 13 lanchas, 30 jeeps y otros material de un total que incluye 80 vehículos, 25 patrulleras, dos helicópteros y material militar diverso.
La ofensiva diplomática de la Administración Reagan, tiende a agotar o paralizar las gestiones de Contadora ante el nuevo empuje que Nicaragua ha venido planteando a esta instancia. La política de bloque regional "anti-Nicaragua" encierra una profunda provocación y aumenta el riesgo de conflicto. Si bien otras propuestas semejantes en otros momentos fracasaron -Comunidad Democrática Centroamericana, Foro Pro-Paz y Democracia- el riesgo actual surge de atentarse directamente contra el esfuerzo más serio a nivel de pacificación que ha surgido y que cuenta con enorme prestigio. La acción en bloque, tiende a hacer aparecer a Nicaragua como el motivo de discordia en la región. La no participación de Guatemala en esta maniobra- son aspectos positivos para Nicaragua. Sin embargo, el resultado electoral de El Salvador y Panamá puede consolidar aún más la línea pro-norteamericana no sólo en la región sino también al interior de Contadora. ¿En qué medida esta maniobra de bloque puede interferir los esfuerzos de paz? ¿Hasta dónde está todavía abierto- y no totalmente deteriorado- el diálogo bilateral? Interrogantes, cuyas respuestas están muy ligadas a la posibilidades de paz o de guerra en esta conflictiva situación regional y que se irán develando en meses futuros.
La situación interna de NicaraguaEn el marco de un contexto regional complejo y de una relación cada vez más deteriorada con la Administración norteamericana, la situación interna de Nicaragua, este último mes, estuvo también condicionada por diferentes líneas desestabilizadoras que tuvieron sus correspondientes respuestas gubernamentales.
Si bien análisis periodísticos locales afirman que parte de las fuerzas atacantes han sido desarticuladas y se conoce que las bajas que sufrieron en los últimos 30 días no es menor de 200, ningún vocero oficial del gobierno ha afirmado la neutralización total de ésta, que ha sido caracterizada como la mayor ofensiva militar contrarrevolucionaria de los últimos dos años. La operatividad "contra" se ha seguido centrando en las mismas regiones señaladas el mes pasado -ver envío 34- aunque algunas operaciones, por su importancia real o por su aprovechamiento periodístico internacional, alcanzaron cierta trascendencia. La ocupación de San Juan del Norte, -en el vértice suroriental del país- antiguo poblado evacuado tiempo atrás, pretendió ser presentado ante la prensa internacional como una contundente victoria militar -parte del "show" propagandístico de Pastora y de la ofensiva diplomática que Robelo quiso realizar con su viaje a Europa-. Sin embargo, a los pocos días de haber llegado los 500 atacantes al lugar, una rápida contraofensiva sandinista recuperó ese punto que no tiene ninguna importancia económica para el país. Por ese motivo y los problemas de comunicación - sólo se puede llegar por el agua- había sido evacuado hace meses quedando solamente una pequeña base militar con unos 70 soldados y milicianos.
Días después, un ataque contra el nuevo asentamiento miskito de Sumubila -Zelaya Norte- con el secuestro de varios de sus pobladores no significó tampoco el control del lugar por parte de las fuerzas e Fagoth, debido a la resistencia encontrada.
Una serie de ataques en Zelaya Norte y Sur y en la región de Nueva Guinea - centro este del país- junto con informaciones no oficiales de pretendidos intentos de cortar la carretera Managua-Rama asi como los hostigamientos continuos en la carretera Matagalpa-Puerto Cabezas, originan la especulación de un posible intento de separar la Costa. Sin embargo, esto, no pasó de una hipótesis ya que a pesar de la intensidad de la ofensiva militar global- con no menos de 6000 hombres infiltrados en el país- la capacidad de respuesta gubernativa volvió a mostrarse efectiva y rápida.
Hacia fines de abril y coincidentemente con las maniobras "Guardianes del Golfo" se reiniciaron las hostilidades de fuerzas combinadas somocistas y efectivos hondureños en la región nor-oeste (Chinandega) que desde el inicio de la ofensiva no había sido escenario de enfrentamientos importantes.
La operatividad contrarrevolucionaria -con combates también en el Cerro de Kilambé, el Cuá, Cerro Helado, Waslala, Wiwilí, Yalí, etc. va señalando algunos elementos nuevos:
a) La transformación operativa de las fuerzas contrarrevolucionarias, que han pasado de banadas compuestas a veces por campesinos descontentos utilizados por cabecillas de la ex-guardia somocista, en el 79-80 a fuerzas de tareas en el 82 y 83, convirtiéndose en "Comandos regionales" en los últimos meses. Un comando regional aglutina entre 3 y 5 fuerzas de tarea- cada una con 250-300 hombres.
b) La mayor fuerza organizativa que ha ido ganando la "contra" y que se manifiesta, aparentemente, en una mayor capacidad de reorganización. Hasta fines del 83, al ser golpeadas las fuerzas de tarea se retiraban en desbandada hacia sus campamentos en Honduras. Ahora, tratan de retirarse más organizados los que les permite reagruparse más rápido y retomar sus posiciones de combate.
c) La utilización de armamento y equipo mucho más sofisticado a partir de contar con más apoyo militar de la Administración Norteamericana. A manera de ejemplo mencionamos: las potentes minas terrestres de tipo T-25 (M-15) -utilizadas en las carreras que une Puerto Cabezas con pueblos fronterizos-; la utilización de minas de fósforos -armas químicas-, denunciadas públicamente en Costa Rica al ser atendidos en uno de sus hospitales dos miskitos incorporados a ARDE que fueron heridos accidentalmente por un artefacto de este tipo que explotó cuando lo transportaban.
d) El avance objetivo en la coordinación militar de ARDE y FDN -mucho más planificado actualmente-. De esta manera actúan los 5 Comandos regionales de FDN- "Segovia", "Rafaela Herrera" "Nicarao", "Diriangén" y Jorge Salazar", más tres fuerzas de tarea en Zelaya Norte (principalmente miskitos dirigidos por Fagoth) y unas 6 columnas de 100 hombres cada una en Río San Juan pertenecientes a ARDE.
A mediados de mes, al clausurar el Primer Congreso de Jueces, el Comandante Tomás Borge dijo: "Se habla aquí de zonas de guerra. Hay una sola zona de guerra que se llama Nicaragua". caracterización compartida por altos dirigentes que reiteradamente, en el transcurso de este mes han ratificado la gravedad de la confrontación militar.
La confrontación político-ideológicaLa línea global de exigir al gobierno condiciones para participar en el proceso electoral se mantuvo vigente como eje de acción de los partidos políticos y fuerzas de la Coordinadora Ramiro Sacasa. Declaraciones de algunos de sus dirigentes -como Ramírez del Partido Social Cristiano o Huembes de la Central de Trabajadores de Nicaragua- ratificaron críticas, cuestionamientos y condicionamientos coherentes con una tendencia abstencionista que tratará de deslegitimar las elecciones de noviembre. El Partido Conservador Demócrata -fracción legitimista-, que no hace parte de la Coordinadora pero que se encuentra en la oposición, presentó un documento cuyo contenido fue conocido el 9 de abril, planteando 8 condiciones básicas para su participación electoral y emplazando al Gobierno a responder antes del 4 de mayo. A pesar de esta tendencia abstencionista una serie de contradicciones entre las fuerzas opositoras, se han ido vislumbrando en los últimos días. El 24-4, Clemente Guido, dirigente de la misma fracción conservadora afirmó, que al menos uno de los partidos de la Coordinadora estaría proclive a participar en las elecciones, lo que provocaría una crisis en esa estructura. Una definitoria reunión de la Coordinadora, anunciada por el diario opositor "La Prensa" para el lunes 30 de abril no pudo llegar a ninguna conclusión por falta de consenso entre sus integrantes.
También un tanto llamativa fue la presencia de los partidos integrados a la Coordinadora (PLC, PSC Y PSD) en la sesión inaugural del Consejo de Estado el 4 de mayo si tenemos en cuenta que se había retirado de ese organismo cuando finalizaba la discusión de la Ley Electoral en el mes de marzo. No menos llamativa fue la elección del representante de la CUS -Central de Unidad Sindical adherido también a la Coordinadora- como tercer secretario de la directiva del parlamento nicaragüense.
Es posible que las posiciones últimas de las fuerzas de la Coordinadora se vayan dando en la medida en que se establezcan las etapas del calendario electoral -cuya primer propuesta enviada a la Asamblea Nacional de Partidos para su estudio circuló al cierre de nuestra edición el 5 de mayo-. Desde esta perspectiva, abril, fue fundamentalmente un mes de "transición" para los partidos de la Coordinadora ya que no se vieron obligados a dar respuestas definitorias, si bien, presionaron durante todo el mes en la dirección de pedir el levantamiento de la emergencia nacional al iniciarse la quinta legislatura del Consejo de Estado. El total silencio del gobierno con respecto a ese punto, en la sesión inaugural del Consejo, desarticulando por el momento expectativas creadas en algunos de estos sectores opositores, puede ser un pretexto más para robustecer la tendencia abstencionista de los mismos. En este contexto interno e ofensiva militar contrarrevolucionaria y de posiciones políticas de condicionamientos y abstención, la Carta Pastoral de la Conferencia Episcopal de Nicaragua del 22-4, captó buena parte del debate político-ideológico en los últimos días.
La posición fundamental de este documento es la de solicitar un diálogo en el que deben participar "todos los nicaragüenses que estén dentro o fuera del país, sin discriminación alguna de ideología, clase o posición partidista. Es más, pensamos que también los nicaragüenses que se han levantado en armas contra el gobierno, deben participar en este diálogo". Diálogo que es el camino adecuado para la "reconciliación". La Carta afirma que el país está inmerso en "una situación bélica entre los nicaragüenses" que trae consecuencias dolorosas a los distintos sectores de la población -campesinos, indígenas, jóvenes y adultos, la familia nicaragüense etc.- Al caracterizar a la iglesia de Nicaragua señala a un sector "que ha abandonado la unidad eclesial" sometiéndose a "directrices de una ideología materialista" y que siembra la confusión dentro y fuera de las fronteras.
El gobierno y las organizaciones populares, el FSLN, partidos del FPR y muchos cristianos de base, comunidades juveniles y campesinas, caracterizaron a este documento como eminentemente político y no teológico. Documento político, no sólo por lo que dice, sino también por lo que no dice -situación de agresión que vive Nicaragua, la defensa como una necesidad etc-. Al interior de la iglesia las críticas más fuertes fueron por la omisión de la agresión en el análisis y por tratar de imponer religiosamente una postura política discutible. La Carta reabrió en Nicaragua una aguda disputa ideológica -que no descartó ciertos desbordes en su tratamiento en los medios informativos-. Los partidos políticos y centrales sindicales y empresariales de la Coordinadora saludaron esta Carta con beneplácito. Las fuerzas que apoyan al proceso, incluso las cristianas, se ubicaron en la otra punta de la tabla de discusión, criticando duramente este Documento. Esta polarización agudizó, según los primeros indicios, las contradicciones entre los distintos sectores de la iglesia y principalmente empeoró la relación Jerarquía eclesiástica-Gobierno nicaragüense.
El combate contra el "frente interno"Una serie de problemas reales, a muy distintos niveles de la vida nicaragüense se han venido intensificando en los últimos meses ocupando un lugar importante durante abril. A manera de ejemplos mencionaremos el descontento de algunas madres y familiares de hijos movilizados en el Servicio Militar Patriótico al carecer de noticias de ellos y el desabastecimiento de importantes productos del consumo popular tales como el papel higiénico, la pasta dentífrica etc. ¿Hasta que punto, estos problemas sentidos que golpean a las bases populares nicaragüenses pueden ser explicados fuera de toda la situación de agresión desestabilizadora que enfrenta el país? Pregunta clave que define actitudes políticas e ideológicas. No han sido pocos los grupos cristianos y religiosos que durante abril, amparándose en el sentimiento real de las madres de soldados, intentaron manipular el malestar, aumentándolo y transformándolo en un cuestionamiento integral al Servicio Militar como nueva instancia de reclutamiento militar.
Han sido muchos, los pequeños comerciantes o distribuidores de productos básicos que ha acaparado los mismos para enviarlos al mercado negro con fabulosas ganancias de a veces hasta un 300%
A finales de abril, los Comités de Defensa Sandinista de Managua decomisaron 3 puestos de ENABAS (Empresa Nacional de Abastecimiento) que cometían irregularidades en la distribución. Los responsables fueron automáticamente relevados de su tarea.
"...Estamos en medio de una agresión, de tal manera que el fenómeno de la escasez lo vamos a seguir teniendo por algún tiempo. Pero lo que se ha desatado aquí, alrededor del fenómeno de la escasez, es el fenómeno de la especulación..." afirmaba el Comandante Wheelock en el acto central del 1ro. de mayo. Los problemas centrales que afectan al pueblo, surgen de la misma agresión desestabilizadora, pero muchos de ellos han sido agravados, cayéndose en mercado negro, especulación, desabastecimiento artificial, confusionismo ideológico, diversionismo etc. "...durante este período se ha dado la acción sistemática de los aliados internos de la contrarrevolución y el imperialismo, para minar la moral de nuestro pueblo y articular la agresión extensa con un pretendido frente interno que permita mejores condiciones de su política intervencionista, que contempla la intervención militar directa", afirmaba el Cte. Daniel Ortega en la inauguración de la quinta legislatura del Consejo de Estado.
La lucha contra ese Frente Interno anunciada sistemáticamente por los dirigentes revolucionarios los últimos días indica un cambio fundamental en la actual coyuntura. El lenguaje endurecido -"Basta ya a la reacción", como síntesis del primero de mayo- y la decisión de hacer frente a todo lo que puede abrir una brecha al interior mismo de Nicaragua pasa a ocupar un lugar importantísimo, como nueva forma de lucha anti-intervencionista.
Pero queda claro en las posiciones de la dirigencia que los problemas reales causados por la agresión hacia objetivos económicos, también exigen respuestas. "En los últimos meses la intensificación de la agresión imperialista se ha concentrado en objetivos económicos como son los puertos, la energía y los proyectos agropecuarios. Es por esto que nuestra política económica necesariamente se inclina hacia la defensa de la economía en una economía de guerra". (D. Ortega, 4-5-Consejo de Estado). Los efectos de la agresión económica son elocuentes.
Los daños económicos sobre la actividad económica y social del estado y las cooperativas significó un costo de reposición de 2.2 millones de córdobas en el 81; 235.1 millones de córdobas en el 82 y 659.5 millones de córdobas para 1983. En 1983 los daños materiales equivale en divisas a 128.1 millones de dólares lo que representó el 31% de las exportaciones. Sólo el minado de los puertos causó daños por 9.1 millones de dólares.
Estos datos del Informe de gobierno al Consejo de Estado son algunos elementos que ilustran la magnitud de esta guerra de desestabilización que obligó el año pasado invertir el 25% del presupuesto nacional para la defensa -en el 82 había sido el 18%-. Destrucción y esfuerzos ilimitados para la defensa aparecen como consecuencia de una guerra integral que está obligando a este pequeño país a pesar en más sacrificios con una economía de guerra a las puertas. Respuesta económica que no será contradictoria con la lucha contra la especulación, el mercado negro y los esfuerzos por una reorganización y nivelación salarial así como el estímulo mayor a la producción.
El frente de solidaridad internacional adquiere, como parte de la respuesta a toda la ofensiva desestabilizadora, nuevos desafíos. En este marco el Congreso Internación Sindical por La Paz, que reunió a fines de abril a representantes de más de 50 países y de importantes centrales sindicales del mundo y el Encuentro de Solidaridad de Lisboa a comienzos de mayo, son hechos de significación que obstaculizan la línea intervencionista.
¿Agravamiento de la crisis o distensión?Ningún elemento indicaría que en el corto plazo la agresividad norteamericana hacia Nicaragua varíe fundamentalmente. Si bien es probable la "reorgnaización" de su política hacia Centroamérica luego de las elecciones salvadoreñas esta no significará cambios esenciales en la estrategia militarista siempre vigente. Concepción política que posiblemente le siga creando al ejecutivo norteamericano nuevos problemas internos y de relaciones internacionales. Desgastado el pretendido "consenso bipartidista" es también posible que la problemática de la región tenga cada vez más repercusión electoral.
En este contexto, significativa importancia va a tener en los meses futuros el comportamiento de los aliados regionales de los Estados Unidos en su política con respecto a Nicaragua. A la luz de la ofensiva regional de este mes -documento del bloque y conflictos Nicaragua-Costa Rica- es bastante factible que se busque profundizar y crear nuevas presiones de este tipo, que significan en última, poco costo interno a la Administración Reagan. ¿Seguirá Honduras sumergida en su crisis militar no resuelta todavía totalmente? ¿Lograrán las marcadas contradicciones internas de Costa Rica frenar la tendencia de "conflicto acelerado" y de clima "pre-bélico contra Nicaragua"? ¿Se mantendrá Guatemala ajena al bloque "anti-Nicaragua"?
Contadora, por su parte, vivirá en los próximos meses, momentos decisivos. Su merecido prestigio internacional podría comenzar a revertirse si la tensión regional aumenta y no logra resultados concretos. Con el agregado adicional que ya no es la mediación de Contadora solamente un intento de comunicación y diálogo regional -como en enero de 1983- si no que es la "alternativa diplomática" contra la carta militarista de intervención. Para analizar Contadora se deberán tener en cuenta dos niveles diferentes: las presiones e intentos de socavarla que se sigan dando y la propia dinámica de los cuatro países y del mismo grupo.
Mayo, y los meses próximos, serán extremadamente difíciles para el proceso nicaragüense que estará sumergido en la pugna de dos elementos fundamentales, pero con algo de antagonismo: la continuación del proceso electoral y la acentuación de la guerra de desgaste.
Las expectativas de las fuerzas opositoras de que se anunciara el levantamiento del estado de emergencia no tuvo respuesta positiva, al vivir el proceso momentos de real gravedad por la situación regional, la ofensiva contrarrevolucionaria y el intento del Frente Interno de fortalecerse. La línea interventora intenta que la apertura electoral no se consolide y las elecciones no se puedan realizar en noviembre. Nicaragua, para quien las elecciones son parte de la defensa integral de proceso, ve acercarse momentos muy difíciles y dramáticos. La dificultad del futuro del país está en relación directa con la intensidad de la guerra de desgaste a la que se lo somete.
Las consecuencias económicas de esa guerra también golpean contundentemente y obligan a congelar y reducir programas sociales que hacen a la esencia misma de este proceso de reconstrucción.
Esto exigirá una gran comprensión político-ideológica de la población que por momentos deberá encontrar respuesta en estos niveles a necesidades materiales no satisfechas. Con el riesgo que los sectores menos conscientes que queden fuera de esta lógica interpretativa, pasen a engrosar, objetivamente, un frente interno dirigido por fuerzas sociales y políticas que se oponen abiertamente al proceso.
La economía de guerra exige, sin duda alguna, la correcta implementación de un mayor control social de la distribución de productos de primera necesidad -que si bien fue anunciado como premisa por el gobierno- es extremadamente difícil de implementar -más productos racionados, mayor control de los organismos de masas sobre los pequeños comerciantes, etc.-.
Abril, fue entonces un mes de "transición" hacia formas y respuestas más contundentes contra una agresión cada día más demoledora. Los sacrificios futuros están a la puerta y en su asunción está el principal desafío de este pueblo agredido.
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