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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 291 | Junio 2006

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Nicaragua

Primer identikit de las cuatro bandas

Ya está claro el elenco electoral en el escenario electoral: actuarán cuatro bandas. Lo que aún no está tan claro es la melodía que interpretarán: faltan las partituras políticas, económicas, sociales y culturales que propone ejecutar cada una de las bandas. Faltan sus programas y falta el debate sobre esos programas. Pero ya cada banda interpretó algunas notas...

Equipo Nitlápan-Envío

Una banda es un conjunto musical. Con más o menos repertorio y fans, más o menos instrumentos, más o menos managers o mecenas. Banda es también un grupo organizado para la comisión de fechorías y acciones ilícitas. En el actual escenario electoral ambos significados se entrelazan y no es fácil distinguir trigos de cizañas, bandas de bandas, todas aspirando a esa otra banda por la que todos dicen sacrificarse, la banda presidencial. Dificultan también el análisis los “bandazos” observados en las bandas en los últimos meses. A pesar de todo, ya podemos intentar un primer identikit de cada oferta electoral.

¿EL FIN DEL BIPARTIDISMO?

En las elecciones del domingo 5 de noviembre compiten cuatro alianzas y un partido. Habrá cinco casillas en la boleta electoral. En 1996 hubo 23 casillas. Sin embargo, aquella elección se decidió entre sandinismo y antisandinismo, ganando el anti. En el 2001, tras la “tierra arrasada” provocada por la antidemocrática y aún vigente Ley Electoral diseñada por Ortega y Alemán para eternizar el bipartidismo que les favorece, quedaron sólo tres casillas: la de Alemán, la de Ortega y la del Partido Conservador, que acudió a los comicios testimonialmente.

Este año, y no sin sortear serios obstáculos, el bipartidismo sandinismo-antisandinismo aparece fracturado: un bisandinismo y un bi-antisandinismo. Esta fractura es muy positiva para que el electorado inicie o ensaye el camino de votar no tanto “en contra de” sino “a favor de”. ¿Será así? Ese camino está lleno de escollos no sólo políticos, también emocionales. Es también promisoria esta fractura, pues podría empezar a cambiar el cerrado panorama institucional en que el pacto Ortega-Alemán ha sumido al país. Que este cambio comience con los resultados electorales no es seguro. Ni siquiera que las cuatro opciones lleguen al día de los comicios tampoco es una certeza. Muchas cosas pueden pasar de aquí a noviembre. Entre ellas, la unificación de los dos grupos antisandinistas. Entre ellas, la eliminación del grupo sandinista que adversa al FSLN. En Nicaragua, la política es tal vez la más resbalosa del mundo.

ACTORES, COLORES, ALIANZAS

El FSLN acude a las urnas con una alianza que Rosario Murillo -esposa de Ortega y estratega de su campaña- bautizó “Gran Alianza Nicaragua Triunfa”. Mantienen el tradicional roji-negro del FSLN, enfatizando, como en 2001, el color rosa chicha, añadiéndole, según momentos y eventos, cualquier otro color o matiz de la paleta. En esta alianza el FSLN se hace acompañar de varios políticos-personalidades (conservadores, liberales, social-cristianos y de la Resistencia) y de una facción de YÁTAMA con dos de sus líderes históricos, Brooklyn Rivera y Steadman Fagoth.

Desprendida del FSLN participa la Alianza MRS, integrada por el recientemente creado Movimiento por el Rescate del Sandinismo y por el Movimiento Renovador Sandinista -partido fundado en 1994 para refundar el sandinismo superando los estilos y procedimientos autoritarios que ya ahogaban al FSLN-. Enarbolan una bandera anaranjada con el sombrero de Sandino, símbolos durante años del MRS. En la Alianza participa también el Partido Socialista, el Partido Acción Ciudadana y varios grupos sociales, el más organizado y beligerante el Movimiento Autónomo de Mujeres.

El PLC acude con su bandera “roja sin mancha” y con una alianza no tan amplia como la que llevó al poder a Alemán en 1996 y a Bolaños en 2001. La integran hoy Camino Cristiano, facciones de otros partidos liberales, una facción conservadora, una del APRE y una de la Resistencia.

Desprendida del PLC por cuestionar la hipercorrupción que institucionalizó durante su gobierno el exPresidente Alemán, acude a las urnas la Alianza Liberal Nicaragüense-Partido Conservador (ALN-PC), que hace ondear la bandera roja de los liberales adornada con un símbolo idéntico al de la transnacional Nike. En esta Alianza se han integrado facciones de otros partidos liberales, un sector de la Resistencia, un sector del APRE y el Partido Conservador con sus sellos oficiales.

En una quinta casilla participa Alternativa por el Cambio, hasta ayer llamada Alternativa Cristiana, partido fundado por evangélicos disidentes de Camino Cristiano.

IZQUIERDA Y DERECHAS

La clasificación tradicional derecha-izquierda no la emplea ninguno de los competidores en sus discursos. Las dos alianzas rojas de la derecha han preferido usar y abusar del término “fuerzas democráticas”, entendiendo por “democrático” lo que es antisandinista, o más exactamente antiDaniel Ortega. Desde la vecina Costa Rica, el cuasi ganador en las recientes elecciones en ese país y dirigente del PAC, Ottón Solís -quien quebró con su partido y su liderazgo el tradicional bipartidismo costarricense-, llegó a Managua en mayo para calificar a Lewites como candidato del “centro-izquierda democrático”, concepto nunca empleado en la política criolla.

El FSLN prefiere hablar como representante de “los pobres” y capitalizar el ascenso de las izquierdas en América Latina con discursos y acercamientos oportunistas a sus dirigentes. La desactualización que existe en la opinión pública latinoamericana sobre lo ocurrido en Nicaragua en estos años y sobre el proceso de descomposición que ha experimentado Daniel Ortega y el FSLN, permite que Ortega y el FSLN sean vistos en buena parte del escenario internacional como los únicos y válidos representantes de la izquierda nicaragüense.

A la Alianza MRS le toca emprender el arduo camino de perfilarse como izquierda con ideas, actitudes, ejemplos, mensajes y propuestas a favor de la justicia social y de la soberanía nacional, separándose efectivamente del neoliberalismo instalado durante estos largos años en programas y ministerios -y especialmente en las conciencias- para atraer el voto del sandinismo que rechaza el danielismo que hoy controla el FSLN y a tantos votantes independientes de cualquier sigla partidaria que necesitan a la izquierda porque aspiran a una sociedad más equitativa y a un Estado responsable de crear los mecanismos y las oportunidades para lograr esa equidad.

ORTEGA – MORALES CARAZO

En los cinco comicios que ha vivido Nicaragua tras la derrota del somocismo, el FSLN ha presentado a Daniel Ortega como candidato presidencial. Ortega ganó en 1984 y fue derrotado en las siguientes tres ocasiones por los tres candidatos de una derecha unida.

Aunque Ortega perdió el gobierno en 1990 nunca perdió el poder, por su maestría para sacar provecho de las contradicciones y conflictos creados por los gobiernos de Chamorro, Alemán y Bolaños, concertando, pactando y acomodándose como partido de “oposición” a estas tres expresiones de la derecha en el poder. Hoy, Ortega -con el pequeño grupo que lo rodea- es considerado por muchos como el hombre con más poder en Nicaragua por el control que ha logrado en las instituciones del Estado.

Ortega conserva una adhesión casi religiosa de un sector del sandinismo que lo admiró en los años de la revolución sandinista, años de guerra y crisis económica. Sin explicitarlo, su candidatura le dice al electorado: “Dénme una segunda oportunidad para demostrar lo que puedo hacer gobernando en paz”. Esa “segunda oportunidad” mueve al electorado sandinista, a la vez que espanta al electorado no sandinista. Ortega promete un gobierno “de unidad y reconciliación nacional” para mitigar esos pánicos.

Después de su pasmosa reconciliación con el Cardenal Obando, y como otra señal de esa tendencia, Ortega seleccionó ahora como candidato a Vi-cepresidente a Jaime Morales Carazo, banquero, jefe civil de la Contra en los años 80, mano derecha de Alemán durante largos años, redactor de los estatutos del PLC y uno de los principales ideólogos del nefasto pacto PLC-FSLN iniciado en 1997. Morales Carazo comenzó a distanciarse políticamente de Alemán sólo cuando Estados Unidos comenzó a distanciarse de él, al llegar Bolaños al poder e iniciarse la “lucha contra la corrupción”.

A pesar de esta trayectoria, la candidatura de Morales ha sido inmediatamente digerida por los sandinistas que son el “voto duro” del FSLN, pues a estas alturas han llegado a considerar cualquier decisión que tome Ortega como una más de las brillantes “jugadas estratégicas” de su indiscutido líder (“él sabe lo que hace”). Aunque Morales Carazo no le sumará votos a Ortega, Ortega espera de él, hábil negociador entre las élites, que le tienda puentes hacia el gran capital nacional y especialmente hacia Estados Unidos. Lo que en realidad busque Morales Carazo al aceptar ser yunta de Ortega es más difícil de identificar. Según él mismo, fue elegido y aceptó porque hay en Ortega y el FSLN una apertura y una conceptualización más pragmática y cristiana de la realidad.

¿Cómo pensará reconciliar el FSLN en su melodía el pragmatismo -que empuja a acomodarse a las circunstancias y a actuar dentro del marco que impone el poder- con el cristianismo, que cuestiona, radicalmente y sin ningún acomodo, el orden y el poder desde la verdad y la justicia?

LA FÓRMULA JOSÉ – JOSÉ

El PLC -socio del FSLN desde 1999 por el pacto Ortega-Alemán, aunque rival retórico del FSLN en cada nueva contienda electoral- es la agrupación política que se ha visto más convulsionada públicamente durante todo el proceso destinado a escoger a sus candidatos presidenciales y a sus candidatos a diputados. Después de unas elecciones primarias sui generis, combinadas con la bendición de Alemán, la fórmula presidencial resultante fue la de los José-José: José Rizo y José Antonio Alvarado.

Rizo y Alvarado son populares y aceptados dentro del PLC. Ambos fueron, con Alemán, fundadores y organizadores iniciales del PLC. Son políticos con trayectoria institucional y reconocido activismo en su partido. Ambos acompañaron a Alemán durante su gobierno en diferentes cargos y ambos comenzaron a criticarlo cuando Alemán empezó a caer en desgracia por sus actos de corrupción al inicio del gobierno de Bolaños. Rizo fue Vicepresidente de Bolaños y Alvarado se unió al APRE, fundado por Bolaños para desgastar al PLC.

Pero, en uno de los “bandazos” más considerables de estos tiempos, volvieron al redil de Alemán al acercarse el proceso electoral. Comprobar la persistencia del liderazgo de Alemán y sobre todo, las posibilidades reales que el PLC tenía de volver al gobierno gracias a su maquinaria organizativa, les dio impulso. Y el muy favorable resultado que obtuvo el PLC en las elecciones regionales de la Costa Caribe en marzo, a pesar de todos los pronósticos negativos, dio más vuelo a sus optimistas percepciones. Rizo y Alvarado proponen un “liberalismo social” contrapuesto al neoliberalismo financiero ejecutado severamente por Bolaños y al que daría continuidad Eduardo Montealegre. ¿Con qué melodía definirá el PLC su liberalismo, y qué notas sociales aparecerán en la partitura de esta propuesta?

MONTEALEGRE – CAJINA

El PLC tiene su principal rival no en el FSLN, de quien es socio en instituciones y negocios, sino en la ALN-PC, grupo político emergente, que se ha ido nutriendo de descontentos y disidentes del PLC. Disidencias causadas por inconformidades con la conducción del partido, por la persistencia del control de Alemán sobre el PLC y por las consecuencias nacionales e internacionales que comporta mantener como “líder máximo” a un reo condenado por corrupción.

El desgaste del liderazgo de Alemán, desprestigiado por sus propios actos y por la campaña que el gobierno de Estados Unidos ha lanzado para destruirlo, abonando la convicción de que el PLC es una expresión del pasado, y que el liberalismo y el anti-sandinismo necesitan caras nuevas y una derecha menos corrupta y más moderna, ha cosechado para ALN-PC.

El candidato presidencial de la ALN-PC, el banquero Eduardo Montealegre, fue ministro durante el gobierno de Alemán y durante el gobierno de Bolaños, que lo fue ungiendo poco a poco como su sucesor en el gobierno. Sin salirse del PLC y empeñado en “desarnoldizarlo”, Montealegre fundó finalmente la ALN y Bolaños declara ya abiertamente que significa “la continuidad” de su gobierno. Montealegre es también el candidato del gobierno de Estados Unidos.

Por varios caminos fracasados, Bolaños también hizo el intento de desarnoldizar al liberalismo creando la Gran Unión Liberal, que resultó un fiasco, y fundando después un efímero partido, APRE, que dio un “bandazo” colectivo este mes cuando parte de sus dirigentes -funcionarios de Bolaños- se unieron a la banda ALN y otra parte -también funcionarios de Bolaños- pasaron a integrar la banda PLC. A los que apoyaron a los José-José, Bolaños los castigó inmediatamente destituyéndolos de sus cargos en el gobierno. El “bandazo” mayor lo dio el propio Alvarado, candidato presidencial del APRE, que ahora es candidato vice- presidencial del PLC.

Nutriéndose de las estructuras ya organizadas del PLC y con un candidato banquero con alto perfil elitista, Montealegre buscó equilibrar esta balanza seleccionando como candidato vicepresidencial a una cara completamente nueva, la de Fabricio Cajina, un productor agropecuario exitoso y con probado liderazgo local, que se desempeñó como buen alcalde del Partido Conservador en San José de los Remates (Boaco) y con ascendiente en amplias zonas rurales del centro y norte de Nicaragua.

Es clara la apuesta de ALN con esta selección: disputarle al PLC su voto más duro: el de las bases liberales rurales, el voto antisandinista de las zonas campesinas. Entre los candidatos vicepresidenciales, Cajina aparece como el único con vocación y experiencia para orientar desde el gobierno un programa de desarrollo rural, asignatura pendiente en los gobiernos anteriores.

¿Lo hará? Por las muchas huellas dejadas por Montealegre en los gobiernos de Alemán y de Bolaños puede imaginarse cuál será su melodía: la de un neoliberalismo no corrupto.

LEWITES – MUNDO JARQUÍN

El gran obstáculo del FSLN para alzarse con un triunfo en la primera vuelta en estos comicios -si la derecha liberal acude finalmente dividida en dos agrupaciones, el PLC y la ALN- es la anaranjada Alianza MRS. La piedra en el zapato de Ortega es una piedra sandinista.

Este grupo emergente es un proyecto electoral en el corto plazo, aspirando a ser más: un proyecto político en el largo plazo. De todas las bandas, es la más nueva. Y de todas las melodías que se anuncian, es la única que suena a izquierda. Surgió imprevisiblemente hace poco más de un año, en torno a la oportunidad que representó para el sandinismo la gran popularidad alcanzada en la Alcaldía de Managua por el sandinista Herty Lewites, derivada de su buen desempeño en el cargo y de su talante conciliador a la hora de resolver conflictos. Por primera vez desde 1990, un sandinista en un cargo importante de poder tenía un consenso que le ganaba simpatías entre los sectores no sandinistas y aún entre los antisandinistas. La oportunidad era relevante.

Lewites y otros sandinistas decidieron aprovecharla. Pero cuando Herty Lewites pretendió la candidatura presidencial en el FSLN -su partido durante 25 años- la reacción de Ortega y de su círculo de hierro para impedirlo fue hasta tal punto autoritaria y agresiva, que provocó un inesperado y creciente apoyo para Lewites de bases sandinistas hasta entonces dispersas. Se reunían en torno a la oportunidad que abría Lewites, escandalizadas por la falta de ética y de coherencia política de muchos dirigentes del FSLN o simplemente porque rechazaban una cuarta candidatura presidencial de Ortega. Hasta entonces, esas bases siempre “cerraban filas” en cada elección y seguían votando por Ortega.

Lewites -todos le reconocen que “hace cosas” y que “cumple lo que dice”- buscó a su compañero de fórmula en la Vicepresidencia entre las filas del sandinismo de los 80 y encontró a un viejo y probado político, que por su prolongada ausencia de Nicaragua resulta nuevo para la mayoría de los votantes, que están entre los 16 y los 35 años.

El elegido fue Edmundo Jarquín, diputado y embajador del gobierno revolucionario y funcionario del BID desde los años 90, yerno de doña Violeta y profesional respetado internacionalmente. Jarquín renunció a sus cargos en el BID y sin boleto de regreso, volvió a Nicaragua. Su llegada al país a mediados de mayo, con sus primeras declaraciones, elocuentes y apasionadas, dio más seriedad y solidez a la Alianza MRS.

Lewites anunció que Jarquín sería el coordinador del gabinete económico y social de su gobierno. De todos los candidatos a Vicepresidente, Mundo Jarquín aparece como el más capaz de diseñar un programa de justicia social y de soberanía nacional ante los organismos financieros internacionales, que saque a Nicaragua del vergonzoso lugar que ocupa como país más hambriento y empobrecido del continente, sólo después del trágico Haití.

Pero, para que la melodía sea ésta, hace falta que ese programa se defina sin ambigüedades. Porque desde el BID podría llegar a Nicaragua solamente un neoliberalismo más decente. Pero nada más. Nada menos.

La Alternativa por el Cambio, que estuvo en la Alianza MRS durante unos meses, se separó de ésta para llevar como candidato presidencial a Edén Pastora. Le acompaña en este nuevo episodio de su aventurerismo político la enfermera Mercedes Tenorio.

NUMERITOS QUE HABLAN

Hay muchas aproximaciones al panorama estadístico del electorado nicaragüense. Y se suceden las encuestas. Con variables, todas anuncian resultados muy ajustados. Y todas anuncian una muy posible segunda vuelta electoral, aun cuando para ganar en primera vuelta baste con un 35% de los votos, siempre que el del segundo lugar tenga 5% menos. En líneas gruesas, las últimas encuestas nacionales no dan un 30% a quien sale en primer lugar, revelan un “voto oculto” que casi ronda el 20% y colocan en primero y segundo lugar a Daniel Ortega y a Eduardo Montealegre.

¿Serán los ajustados resultados que anuncian las encuestas los que facilitarán ese “fraude de filigrana” que algunos analistas advierten que el FSLN realizaría para acomodar los resultados a su favor, dado el control que tiene este partido en las divisiones técnicas del Poder Electoral: informática, cedulación-padrón y mapeo electoral?

Uno de los perfiles del electorado nicaragüense es el que hace la empresa encuestadora M&R. Según su director Raúl Obregón, el 40% de la población votante es sandinista, aunque esto no signifique que sea militante del FSLN o que vaya a votar este año por Ortega, mucho menos que sea danielista. En el otro 60% se agrupan quienes son consistentemente antisandinistas y no sandinistas.

Siendo Daniel Ortega el candidato que se posicionó primero en su piso de votantes, aparece en las encuestas con un 24-28% de intención de voto. Es su “voto duro” dentro del sandinismo. Con el deterioro sufrido por su liderazgo -ambiguo, pendular, doble discurso y doble moral-, pero principalmente por la aparición en el escenario de Herty Lewites, hoy Ortega tiene en esa cifra límites que le costará superar. En mayo, Obregón calculaba que Lewites ya le había comido a Ortega el 10-12% de su electorado.

Sin fijar en porcentajes el “voto duro” liberal, Obregón considera que la lealtad emocional hacia la bandera rojinegra del FSLN es más fuerte que la del PLC hacia la bandera roja. Hasta mayo, calculaba que Montealegre le había comido al PLC un 10% de sus votantes tradicionales.

Obregón insiste en que quienes decidirán estas elecciones será ese 60% no sandinista, que nunca ha votado por Daniel Ortega ni nunca votará por él. Para esa gente, impedir que la banda de Ortega gane es lo que los llevará a elegir entre las otras tres opciones. Obregón considera que de las tres (Rizo, Montealegre, Lewites), la que esos votantes, firmemente anti-danielistas, perciban como la más capaz de derrotar a Ortega será la que captará mayor caudal de votos. Dentro de ese 60%, Obregón afirma que hay un grupo -tampoco se arriesgó a calcular su porcentaje- que está bien informado sobre las consecuencias del pacto en la crisis nacional. Esa gente nunca votará por Rizo, decidirá solamente entre Montealegre y Lewites.

FSLN: LISTAS “ESTRATÉGICAS”

En estas elecciones y por la crisis institucional provocada por el pacto, los resultados de las elecciones para diputados al Parlamento serán incluso más cruciales que los resultados para la Presidencia de la República. Sólo con una mayoría de diputados antipacto será posible empezar a deshacer el acuerdo entre Ortega y Alemán. Los determinados a “desfacer tal entuerto” sólo se encuentran en la Alianza MRS y -esperemos que así sea- en las filas de la ALN-PC. Las encuestas realizadas hasta ahora anuncian una composición de la Asamblea Nacional que aún no permite prever si esta tarea la podrán realizar.

El 31 de mayo las cuatro bandas inscribieron oficialmente sus listas de diputados. El FSLN realizó elecciones primarias, en las que votó solamente la mitad de los militantes que lo había hecho en las anteriores primarias de 2001. Señal de la erosión que sufre el FSLN. Los resultados de las primarias fueron acomodados por Ortega, pero sin que se generaran descontentos visibles, ya que todo lo que él hace se considera “estratégico”.

En los puestos ganadores de las listas de diputados rojinegros quedaron mezclados diputados incondicionales de Ortega que repiten en sus cargos y personajes de las estructuras, igualmente danielistas, con líderes locales -algunos vinculados a la UNAG- y personajes políticos de la llamada Convergencia, de escasa popularidad pero totalmente identificados con Daniel Ortega, entre ellos el socialcristiano Agustín Jarquín, la conservadora Miriam Argüello y la liberal Julia Mena.

PLC: LISTAS TENSIONANTES

Las listas de diputados del PLC, seleccionadas en convenciones departamentales, fueron acomodadas por Arnoldo Alemán para darle lugar a aliados con los que tenía compromisos y para mantener en sus cargos a incondicionales: su hija, su suegro, y dirigentes del PLC totalmente plegados a los intereses del “líder máximo”. Todo esto dio ocasión a disputas inocultables entre RizoAlvarado y Alemán. Las negociaciones fueron muy tensas. Al final, Alemán logró imponer a sus leales, para garantizarse, a través de ellos, sobrevivencia política -y quién sabe si una futura candidatura presidencial- y para garantizarles a los electos la inmunidad-impunidad que deriva del cargo de diputado.

Varios de los impuestos por Alemán son dirigentes del PLC a los que Estados Unidos canceló la visa de entrada en ese país por actos de corrupción. Las batallas por la selección de los candidatos a diputados del PLC afectaron la cohesión de las estructuras del PLC, generando inconformidades y hasta disidencias, las iniciales en Granada. Y las batallas dieron lugar al grotesco espectáculo de ver de nuevo a Alemán, un reo “encarcelado”, dando declaraciones en todos los medios, participando en reuniones políticas y analizando la coyuntura electoral.

ALN-PC: LISTAS BOLAÑISTAS

Aunque la ALN-PC realizó elecciones primarias, éstas fueron no sólo costosas, sino de vitrina, porque Montealegre y su círculo -el Movimiento “Vamos con Eduardo”- acomodaron después las listas de diputados, dando preferencia a quienes no fueron electos, entre ellos a unos veinte funcionarios del Presidente Bolaños, confirmándose así que un gobierno de Montealegre será “más de lo mismo”, la continuidad del actual gobierno. El más cuestionado de los que entraron a las listas de la mano de Bolaños es Pedro Solórzano, caracterizado por su ineficiencia como ministro de transporte y también señalado por actos de corrupción.

La ALN-PC fue la última en inscribir sus listas de diputados el 31 de mayo. Hasta el último momento, Montealegre estuvo haciendo todo tipo de ofrecimientos a la banda de José-José y a otros dirigentes arnoldistas para atraerlos a su banda. Tuvo éxito con Pedro Joaquín Chamorro, que en sólo unas horas pasó de ensalzar al PLC a exaltar a la ALN-PC.

MRS: ¿LISTAS DE IZQUIERDA?

La lista de diputados de la Alianza MRS se confeccionó apresuradamente en los departamentos en base a encuestas y a contactos bilaterales entre quienes comienzan a adherirse a esta opción. La lista no ofrece la novedad esperada y prometida de jóvenes y mujeres con una participación notable. Y presenta candidaturas cuestionables éticamente como la del hermano de Lewites.

A nivel nacional y de Managua, la Alianza presenta a destacados dirigentes históricos del FSLN: Dora María Téllez, Luis Carrión, Mónica Baltodano, Víctor Hugo Tinoco. Destacan también los empresarios Manuel Ignacio Lacayo y William Téfel.

LOS ACTIVOS DEL FSLN

El más importante activo de la banda de Daniel Ortega son las 87 alcaldías (sobre un total de 153, el 95% de ellas cabeceras departamentales) que hoy gobiernan alcaldes del FSLN-Convergencia, que están funcionando mayoritariamente bien en su relación con la población y que funcionarán bajo el modelo Alcaldía-Partido para favorecer la candidatura de Daniel Ortega. Ya hay algunos indicios. En estas alcaldías se concentra el 87% de la población votante. Cuando las elecciones dieron el triunfo a Enrique Bolaños, el FSLN gobernaba solamente en 40 alcaldías.

Otra gran ventaja para el FSLN es el control que ejerce en las divisiones técnicas del Poder Electoral, con todo lo que esto supone de manejar procedimientos que deciden votos. Otra importante ventaja es el combustible electoral que significa la promesa del Presidente Chávez de enviar a Nicaragua 10 millones de barriles de petróleo -el consumo de un año- a precios solidarios.

El petróleo, prometido en abril, no llega aún al país porque el gobierno de Bolaños no se decide -por terquedad ideológica- a facilitar ni su almacenaje ni su distribución a través de la empresa estatal Petronic. Ortega ha prometido que si Bolaños se mantiene en su posición, ganando el FSLN, el petróleo barato comenzará a fluir. ¿Qué promesa de campaña más concreta y atractiva que ésta, cuando la crisis provocada por el alza de los precios internacionales del petróleo la conoce toda la población, la sufre todo el mundo y no se le ve fin?

Daniel Ortega también podría entusiasmar a la gente prometiendo resolver los graves problemas de salud que agobian a la mayoría, pues cuenta con el gobierno de Cuba para cumplir. ¿Qué promesa de campaña sería más sensible que ésta? Y sería creíble: el gobierno de Cuba colabora ya con médicos en Venezuela, Bolivia y otros países y el modelo de “misiones” diseñado por Chávez podría exportarse a Nicaragua.

A favor del FSLN sigue estando su probada organización y la disciplina indiscutible de sus militantes. A su favor estaría también la abstención, porque el voto duro del FSLN es inclaudicable. La principal desventaja del FSLN es la misma candidatura de Daniel Ortega, con una consistente opinión negativa del 60%, que puede crecer y que genera anticuerpos muy activos y moviliza miedos de todo tamaño difíciles de superar.

EL GRAN ENIGMA:
¿QUIERE GANAR EL PLC?

La principal ventaja del PLC frente a su adversario liberal, la nueva ALN-PC, es su probada maquinaria organizativa, más aceitada en el mundo rural. Sus desventajas tienen que ver con el desgaste que ha sufrido esa maquinaria tras el enjuiciamiento de Alemán y todo lo derivado de su caída en desgracia, hasta convertirlo en objetivo a destruir por el gobierno de Estados Unidos.

La posición del PLC ante su “adversario ideológico” -aunque socio por el pacto-, el FSLN, es un enigma en esta contienda electoral. ¿Quiere el PLC ganarle al FSLN o quiere dejar que Ortega gane la Presidencia? Según la hipótesis que durante casi dos años ha defendido el ex-convencional del PLC e “imaginista” político León Núñez -así se llama, rechazando lo de analista-, con sus intervenciones directas en la selección de los candidatos del PLC para la Presidencia y para las diputaciones -causa de confusiones y descontentos en las bases liberales-, Alemán busca debilitar la candidatura presidencial del PLC para facilitarle el triunfo a Daniel Ortega, porque Ortega le ha prometido, a cambio de que colabore en su victoria, la libertad por falta de pruebas (“sobreseimiento definitivo”) después de las elecciones. Esta sentencia depende exclusivamente del tribunal de apelaciones donde Ortega decide directamente, y la libertad bajo esta modalidad es lo que más desea Alemán.

Mucho de lo que hoy vemos en el PLC parece corroborar esta hipótesis, que de ser cierta constituiría la mayor ventaja con la que cuenta Ortega para ganar estas elecciones. ¿Quiénes comparten este plan en el PLC? ¿O se cocina sólo en las bambalinas del escenario liberal?

En cualquier caso, la banda José-José está ante el dilema de dejar que Alemán prevalezca con su liderazgo y decisiones -lo que consolida el voto duro del PLC, pero los debilita a ellos- o de separarse de ese liderazgo, lo que les daría a ambos credibilidad, pero los privaría del voto duro y del respaldo de las estructuras.

PLC: ¿DOS CAMPAÑAS?

Para reforzar su hipótesis, Núñez afirma que algo similar a lo que podría suceder de aquí a noviembre ya ocurrió en 2004 con la candidatura de Pedro Joaquín Chamorro a la Alcaldía de Managua por el PLC. Alemán ordenó “brazos caídos” a las estructuras del PLC para que no la respaldaran ni financiera ni políticamente, todo para facilitarle el triunfo al sandinista Nicho Marenco, según lo que había acordado tras bambalinas con Ortega.

León Núñez sostiene que en las elecciones de noviembre, la fórmula Rizo-Alvarado será “pedrojoaquinizada” por Alemán para que gane el FSLN mientras él, con el control de un buen número de diputados sobrevive políticamente. Esto presagia una doble campaña en el PLC: la de los diputados, que respaldarían Arnoldo Alemán y las estructuras que le permanezcan fieles; y la campaña de los José-José, que iría a la deriva. En unos meses iremos viendo cómo se despeja el enigma.

ALN-PC: DINERO Y MEDIOS

El principal activo de la ALN-PC es la capitalización que hace y puede hacer del desgaste del PLC. Lo es también la juventud que proyectan los rostros “comeaños” de Montealegre y Cajina, a pesar de ser ya maduros: 51 y 46 años. Es también una importante ventaja el mucho dinero con el que cuentan. Y el respaldo que le dan dos grandes medios de comunicación, “La Prensa” y el Canal 2, que han optado de forma abierta, y hasta manipulada, por Montealegre. “La Prensa” es el periódico nacional más leído y el 2 es el canal de televisión nacional con mayor audiencia. En un país donde una mayoría de votantes no lee y donde la televisión impone ideas e imágenes, esto puede ser determinante.

El proyecto de Montealegre está respaldado por el propio capital de Montealegre, un banquero millonario, y por el gran capital nacional y centroamericano, que confían en él para derrotar a Ortega.

La mayor desventaja para la ALN-PC es el apoyo abierto que el Presidente Bolaños y sus funcionarios están dándole, declarando explícitamente Bolaños, implícitamente los otros, que el gobierno de la joven yunta arará en los mismos terrenos que ellos y será una continuidad del actual gobierno, que ha ido en picada en cuanto a popularidad y que termina su gestión con muy altos niveles de rechazo.

MRS: LA RAÍZ SANDINISTA

Al igual que en el caso de Montealegre -tan cercano al corrupto Alemán y tan cercano al insensible neoliberal Bolaños-, ante los que guardó silencio durante tantos años, la cercanía de Herty Lewites a Daniel Ortega durante incluso más años, en los que conocía de sus abusos de poder y nada dijo, constituye una desventaja que ensombrece su candidatura. Las luces llegan del grupo que le ha ido rodeando, limpio o mucho menos salpicado por el lodo de historias pasadas. También ayuda la imagen que transmite el propio Lewites: un cierto cambio significativo se habría operado en él tras experimentar el autoritarismo avasallante con que lo excluyeron del “piñal” en el que fue “zorro”. El talante de Lewites, que conecta con los pobres y no asusta a los ricos, y su buen humor, son un activo a su favor.

Una desventaja del MRS es su escasez de recursos económicos, que está supliendo con un activismo voluntario. Esta limitación, sin embargo, le da a este grupo la ventaja de actuar de forma independiente y sin las condiciones de quienes “ponen la plata para platicar”.

El principal activo del MRS está en su raíz sandinista. Y en lo que esto significa. La raíz sandinista sigue siendo un valiosísimo activo de toda Nicaragua. Desde esta raíz se pueden organizar las desesperanzas generadas entre los pobres y los míseros de Nicaragua por los despiadados avances del modelo neoliberal en estos últimos tres gobiernos. Y se pueden también reorganizar las desesperanzas que en el sandinismo ha generado la descomposición del FSLN, bajo el control de Daniel Ortega. Sandinistas decepcionados, no sandinistas y antisandinistas empobrecidos son el potencial elector de Lewites. Son la mayoría del país.

¿Estará Lewites y su alianza a la altura de este desafío? Sólo un continuo apoyo crítico los empujará en esta dirección.

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